Artículo fotografía revista AranNau – Paisajes nevados
El paisaje que rodea “era Val d’Aran”, está cubierto por una capa de color blanco, que hace de este lugar geográfico un lugar especial.
La reflexión de la luz sobre la nieve es cuatro veces mayor, provocando que la misma cantidad de luz sobre el suelo nevado o sin ella, tenga intensidades muy diferentes.
Para poder conseguir buenas fotografías con estas características, voy a aportar a continuación una serie de consejos, que esperemos que ayuden a lograr las instantáneas esperadas durante todo el invierno.
La primera modificación que deberemos realizar en la cámara fotográfica, será seleccionar el modo escena para playa y/o nieve en el caso que utilicemos una cámara compacta o el modo manual en el caso que utilicemos una réflex digital.
El modo escena para playa y/o nieve, ayuda al fotómetro de la cámara, a medir con mayor exactitud los valores lumínicos, para una realización precisa de la escena fotografiada.
En el caso de utilizar una cámara réflex digital, se aconseja seleccionar el modo manual, que nos permitirá un mayor control de la cámara. Este control hace posible la compensación de la exposición, subiendo de 1 a 2 puntos, para sobreexponer y conseguir la toma deseada. Para ir sobre seguro, lo mejor es utilizar el autobracketing (ahorquillado de exposición) y obtener tres tomas en cada disparo con valores separados de 1EV (equivalente a un diafragma).
Las cámaras digitales, permiten ver el resultado de la fotografía de inmediato, con lo que es posible realizar unos ajustes extras, tras ver la primera fotografía.
Igual de importante, es la tonalidad de las fotografías. La mejor apreciación visual que podemos tener, es el estado del cielo en el momento de realizar la fotografía. En el caso de estar despejado, podemos encontrar que las tonalidades sean demasiado azules. Para evitar esta tonalidad, se debería modificar el balance de blancos (siendo posible en cámaras compactas y réflex digitales) pudiendo escoger entre; sol / sombra / nublado / fluorescente / tungsteno / flash / manual. Se recomienda utilizar una medición manual en un punto de tono medio o también llamado punto neutro (donde predominan un tono blanco o gris, todo por igual). En el caso de un cielo nublado, se debería seleccionar un balance de blancos nublado para que la tonalidad sea más cálida. Las tonalidades rojas del amanecer y atardecer, se pueden conseguir con una medición del balance de blancos manual.
Sí la cámara permitiera utilizar filtros, se podría utilizarán un filtro ultravioleta o polarizador.
Sí el objetivo de la fotografía es realizar un retrato se aconsejará utilizar el flash. El hecho de que las luces sean intensas, provoca sombras muy acentuadas en los rostros. Con la utilización de este, se facilita la consecución de un equilibrio mayor entre las zonas claras, medias y oscuras. Dando una tonalidad lo más homogénea posible a toda la cara.
Al igual que las personas, las cámaras fotográficas sufren los cambios bruscos de temperatura. Por lo que se aconseja, llevar siempre la cámara protegida dentro de una funda y lo más cerca posible del cuerpo, de esta forma irá protegida de golpes y se mantendrá una temperatura más o menos constante. Las pilas de la cámara soportan muy mal el frío y tienden a agotarse rápidamente. No olvidéis llevar pilas de repuesto guardadas en un bolsillo interior de la ropa (lo más cerca posible del cuerpo).
La utilización de guantes, para protegerse del frío, conlleva el peligro de que se nos pueda caer la cámara al suelo, aunque si se aconseja, durante toda la estación invernal, llevar unos guantes mitones (sin dedos) en uno de los bolsillos de la funda de la cámara.
Una vez regresamos al hogar, no deberíamos sacar inmediatamente la cámara de la funda, es habitual que las lentes se nos empañen y los sistemas electrónicos puedan no responder, por el simple hecho del cambio brusco de temperatura.